Dentro de la
afectación multisistémica que se presenta en las personas diagnosticadas con
enfermedad renal crónica es muy usual encontrar alteraciones neurológicas a
nivel central y periférico. Estas afectaciones suelen presentarse de diversas
formas y están estrechamente ligadas a los cambios metabólicos en los pacientes.
Las manifestaciones de la enfermedad renal son evidentes para el paciente cuando
hay una acumulación de productos tóxicos en la sangre que normalmente deberían
ser eliminados por el riñón. Frecuentemente este fenómeno desencadena síntomas
como letargia, apatía, náuseas, vómito, temblor, movimientos musculares
involuntarios y convulsiones. Por otro lado, pacientes que se encuentran en
etapas avanzadas de la enfermedad renal y requieren de tratamiento dialítico,
especialmente en modalidad de hemodiálisis pueden presentar desequilibrios
electrolíticos que también impactan en funciones neurocognitvas, generando
síntomas como los descritos anteriormente y adicionalmente desorientación y
alucinaciones. Los avances en las técnicas de diálisis han logrado mitigar de
forma significativa esta problemática, sin embargo alteraciones a nivel de
funciones cognitivas superiores como memoria, atención, concentración y
solución de problemas se presentan de forma leve a moderada en esta población.
Estas disfunciones suelen estar ligadas a otros problemas frecuentes de
personas en diálisis como un pobre estado nutricional, la presencia de enfermedades comórbidas como la diabetes,
hipertensión arterial o enfermedad cardiaca arterioesclerótica, además de las
frecuentes hospitalizaciones.
Es común que los pacientes con ERC presenten trastornos neuropsiquiátricos, como depresión, ansiedad o empeoramiento de un deterioro cognitivo ya existente. |
La actividad de
los neurotransmisores también se ve afectada en pacientes con enfermedad renal,
el aumento exagerado de la hormona paratiroidea genera una acelerada captación,
síntesis y liberación de norepinefrina, lo cual da lugar a una pronta ausencia
de este neurotransmisor para posteriores estados alterados de las vías
dopaminérgicas. En múltiples estudios se ha demostrado la estrecha relación que
existe entre la actividad de estos neurotransmisores y estados depresivos, ya
que la norepinefrina tiene como una de sus funciones principales la regulación
del estado de ánimo, del sueño y la vigilia. Por otro lado, la gestión de la
dopamina tiene influencia directa en la motivación para realizar actividades,
la liberación limitada de esta sustancia se relaciona con anhedonia. Asimismo
La vía dopaminérgica mesolímbica es una
de las más importantes para la conexión cerebral de áreas como la amígdala, el
hipocampo y corteza prefrontal, las cuales están directamente implicadas en las
recompensas químicas que permiten sentir placer y mantener motivación por
realizar determinadas conductas.
Teniendo en
cuenta que la enfermedad renal aguda o crónica genera alta vulnerabilidad a la
presentación de diversas alteraciones neurológicas y psicológicas, la forma
inicial de prevenirlas es seguir las prescripciones médicas, ya sea de terapia
de reemplazo renal en cuanto a la frecuencia de las sesiones y su duración,
como a las recomendaciones nutricionales y los tratamientos farmacológicos. Es
menos probable que un paciente desarrolle alteraciones neuropsicológicas si se
mantiene controlado en sus patologías de base como la diabetes y la
hipertensión, asimismo con unos niveles de depuración adecuada de elementos
tóxicos en la sangre mediante las terapias de diálisis. Adicionalmente hay
condiciones socioambientales que actúan como factores protectores, contar con
un apoyo familiar adecuado, establecer una comunicación oportuna que permita
una buena expresión emocional, la realización de actividades laborales u
ocupacionales que le permitan al paciente sentirse importante y útil, además de
una correcta aceptación de la enfermedad facilitará el afrontamiento y la
búsqueda de ayuda profesional a nivel psicológico o psiquiátrico de ser
necesario.
En caso de presentar una enfermedad renal crónica es necesario mantener un alto nivel de compromiso y autocuidado, evitar alteraciones adicionales y trastorno del estado del ánimo, es fundamental para poder lograr una buena calidad de vida. La siguientes recomendaciones son de gran utilidad para lograrlo:
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